Me encontré con un viejo amigo, Juan, hace unas horas (del que no sabía nada desde hace meses), y lo noté muy preocupado así que le invité un café para conversar. Él me contó que el motivo de su preocupación es que hace dos meses que quiere encontrar trabajo pero está muy desanimado porque no tuvo resultados.
Después de conversar Juan mismo se dio cuenta que si bien tenía el deseo le faltaba la acción; “querer” no siempre es “poder”. Así que me resolví a ayudarle. Algunos de las ideas que pienso compartir con él serán de ayuda para ti también.
Primero que nada, hay que tener en claro quién es uno y qué podemos y no podemos hacer. Siempre es una buena idea poner por escrito (como si fuese un currículo) nuestras capacidades y habilidades, qué tipo de tareas podemos realizar de manera óptima, dejando de lado aquellas que no dominamos al cien por ciento.
Un error común de quien esta desocupado, es entrar en pánico y tratar de tomar cualquier trabajo. Es un error, ya que si no estamos adecuadamente capacitados para hacer esas tareas podemos dar una mala impresión a nuestro empleador y eso nos costará caro, pues además del despido significará una mala recomendación para un futuro empleo. O también puede causarnos mucho estrés y depresión.
Fundamental para tener éxito en encontrar el empleo anhelado: ¡Persistencia!. La razón es que estamos en competencia con otros cientos de personas que tienen el mismo objetivo: quedarse con ese puesto vacante. No podemos quedarnos con que vimos uno o dos avisos, tenemos que recorrer todo lugar posible donde haya la clase de trabajo que podemos hacer.
Dejar nuestros datos en bolsas de trabajos, como este sitio, ayuda a que otros conozcan nuestras habilidades para que nos tengan en cuenta para un futuro.
Hay que estar preparado para recibir muchos NO. Pero recordando que cada NO nos acerca más a nuestro anhelado SI.